En este sentido, los entornos deportivos adquieren un relevancia especial en proyectos de educación nutricional, porque se configuran como elementos dinámicos proporcionando una oportunidad de gran valor para estimular y poner en práctica el aprendizaje de nuevas conductas. Además, entendemos los clubes deportivos como un conjunto de posibles grupos diana de intervención: deportistas, familias, equipos técnicos y personas coordinadoras constituyen comunidades con un gran potencial en la hora de crear entornos favorables y desarrollar estrategias eficaces para cambiar las preferencias de actitudes y hábitos poco saludables y sostenibles.
La práctica de deporte en un entorno favorable puede ofrecer una buena oportunidad para definir maneras de hacer, conversas, ambientes y propuestas de aprendizaje, también en el ámbito alimentario, en coordinación con las familias y la comunidad educativa formal, con posibilidades transformadoras prometedoras hacia un sistema alimentario más coherente y respetuoso con lo el entorno.